Tratamientos
Ablación por radiofrecuencia
La ablación por radiofrecuencia es un procedimiento no quirúrgico mínimamente invasivo que utiliza el calor generado por una corriente alterna de frecuencia media para cauterizar los nódulos y quistes tiroideos. Reducirá los nódulos sin comprometer la función tiroidea, lo cual es una clara ventaja sobre el tratamiento quirúrgico más tradicional.
Realizada bajo anestesia local, la ablación por radiofrecuencia es un procedimiento relativamente indoloro que se realiza en nuestra oficina. Usamos un ultrasonido guiada para insertar una sonda térmica en el nódulo tiroideo. Mediante el calentamiento selectivo de la punta de la sonda, se destruye el nódulo. Luego, el cuerpo descompone el tejido cauterizado.
Ultrasonido
Es posible que haya descubierto durante un examen físico de rutina que tiene bultos o nódulos en la glándula tiroides. Se puede realizar un ultrasonido en nuestra oficina para examinar estas anomalías, incluidos quistes, nódulos o tumores. Un ultrasonido usa ondas sonoras de alta frecuencia para proporcionarnos imágenes de su glándula tiroides para que podamos determinar cualquier cantidad de cosas:
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¿El nódulo es sólido o está lleno de líquido?
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¿Cuántos nódulos hay?
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Dónde se encuentra exactamente el nódulo.
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Límites del nódulo
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Flujo de sangre al nódulo
Un ultrasonido es una prueba muy precisa y puede determinar nódulos que son demasiado pequeños para sentirlos durante un examen físico. Para los nódulos que se consideran no quirúrgicos, se pueden usar ultrasonidos periódicamente para determinar si los nódulos están creciendo o encogiéndose. También se puede usar un ultrasonido para ayudar a guiar una aguja durante una biopsia por aspiración con aguja fina.
Biopsia por aspiración con aguja fina
Una biopsia por aspiración con aguja fina es un procedimiento de diagnóstico que se utiliza para investigar más a fondo un bulto o masa, en este caso un nódulo tiroideo. Es un procedimiento simple que se realiza aquí mismo en nuestra oficina. Usamos un ultrasonido para ayudar a guiar la colocación precisa de la aguja, que es delgada y hueca, y la insertamos en el nódulo para extraer las células. Se pueden tomar varias muestras en diferentes áreas del nódulo para asegurar que haya una muestra representativa disponible para un diagnóstico más definitivo. Cada muestra requiere una nueva aguja. La biopsia se realiza con anestesia local y, de principio a fin, suele tardar 30 minutos o menos.
Se requieren dos biopsias con resultados benignos antes de proceder con un procedimiento de ablación por radiofrecuencia.